Ahora nuestros gobernantes, haciendo el correspondiente paripé, se rasgan las vestiduras. El presidente, hace unos días atrás, salió ante los medios haciéndose el blando y la víctima, y diciendo además que iban a tomar duras medidas para atajar la corrupción. Pero lo peor de la corrupción, no es en sí la misma, sino el hecho de que mientras unos cuantos viven en la opulencia a costa de la corrupción, los demás tenemos que vivir con escasos recursos económicos y pasando penurias, incluso ya muchos empiezan a vivir en el umbral de la pobreza.
Pues yo le diría a nuestro presidente, que por mucho numerito teatrero que haga, siempre existirá en la política y en el mundo financiero el compadreo y el amiguismo, y que quien se meta en todo esto, no creo que lo haga como un miembro de una o.n.g., sino que lo hará para conseguir sus propios beneficios y su bienestar económico. Le diría además a nuestro presidente, que no tome a los españoles por tontos, porque se crea que nos vamos a conformar viendo como reciben un castigo ejemplar los corruptos. Si el señor presidente quiere cambiar su actitud y reconciliarse con la ciudadanía, la mejor manera es mejorando la situación de los españoles, aumentando las pensiones, mejorando las prestaciones por desempleo y ayudando a tantas familias que viven en el umbral de la pobreza.
Señor presidente, ahora es el momento, aún está a tiempo, le queda un año hasta las próximas elecciones. Si usted quiere que le vuelvan a votar y conseguir ser un buen presidente, admirado y querido por todo el pueblo español, está a tiempo de conseguirlo.
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