Hace ya casi cuatro meses desde las últimas elecciones y todavía seguimos sin nuevo gobierno. Una vez más queda constatado que los ciudadanos ya no sólo no tenemos voz, sino que además no tenemos ni voto, pues en última instancia quien decide quien gobierna no somos todos los españoles con nuestros votos, sino los políticos.
Para colmo, ahora resulta que si no se consigue formar gobierno, nos harán acudir de nuevo a las urnas, es decir, que estamos completamente a su entera disposición como marionetas.
Al final de todo queda demostrado que la participación ciudadana en esta supuesta democracia es escasa, por no decir nula.
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