Cuando veo algún partido de la Champions League de fútbol, que no son pocas veces, he observado algo que me produce
un rídiculo ajeno. Cuando los jugadores salen al campo para que comience el partido, se produce una imagen tan "cursi" y tan ridícula, como es ver a veintidós
fornidos futbolistas portando cada uno de ellos un
niño cogido de la mano. Se le ha querido dar tal dimensión y trascendencia al fútbol, que ya
no saben qué hacer.
En realidad no sé a cuento de qué viene todo este paripé y toda esta parafernalia, pues a fín de cuentas sólamente se trata de
un partido de fútbol.